Niké, era la diosa
del Triunfo y la
Victoria para los antiguos Helenos que creían que era la enviada por
el Dios supremo Zeus a la tierra, a premiar
con una corona de laurel, olivo, pino o apio
fresco a aquellos atletas que se alzaban victoriosos en los Juegos Olímpicos, los Píticos, los Ístmicos y los Nemeos, esta diosa también premiaba a los eruditos, los
filósofos y los pensadores con una rama de olivo, como símbolo de Victoria
frente a la incultura y la ignorancia, la diosa Niké también presidia las
celebraciones de las victorias militares.
La diosa Niké nos
es descrita por la cultura griega arcaica como la hija del titán Palante y
de la diosa Estigia, y era esta, la hermana de Cratos (personificación
de la Fuerza y del Poder), de Bia (símbolo femenino de la Fuerza y la
Violencia) y Zelo (personificación del Fervor y la Dedicación), formando
junto a ellos parte del séquito de Zeus
en el Olimpo.
Esta diosa de la mitología griega era representada normalmente
como una mujer de pequeño tamaño con alas, y sobre la palma de la mano de otro dios más
importante normalmente Zeus y Atenea. La leyenda nos cuenta
que Niké pasó sus primeros años de vida conviviendo entre los mortales en la
tierra, pero al ver los grandes pecados de los hombres como el crimen, el odio,
la maldad, etc… se apartó de ellos refugiándose en el Olimpo con el resto de
los Dioses.
A
la diosa Niké se le han atribuido
tradicionalmente dos virtudes: la velocidad y la destreza a la hora de conducir
carros, es por ello que también se le considera símbolo de la velocidad, se la consideraba la auriga
divina, un rol en la que se la solía representar en el arte griego clásico, la diosa
Niké volaba por encima de los campos de
batalla con su carro recompensando a los
vencedores con gloria y fama, simbolizado por una corona de hojas de laurel.
La diosa Niké tiene según la mitología clásica una relación íntima
con Atenea, desde que su madre Estigia la llevara a presencia junto a sus
hermanos ante el dios Zeus cuando este estaba reuniendo aliados para la Titanomaquia
contra las antiguas deidades, Niké asumió la función de auriga divina
conduciendo a la batalla contra los Titanes un carro con dos caballos alados, La diosa luchó al lado de Zeus en la famosa batalla y junto
con sus hermanos, y los Cíclopes y los
Hecatónquiros, ayudaron a Zeus a salir victoriosos
sobre sus temibles rivales. Como resultado de esta épica batalla, Zeus se hizo
con el control del monte Otris y el Olimpo y se convirtió en el rey de los
dioses.
Como recompensa, Niké, y sus hermanos fueron nombrados guardias
centinelas de pie junto al trono de Zeus, pues como nos relata Hesiodo en su
obra “Teogonia”, “cuando el fulminador Dios Zeus convocó a todos los inmortales dioses en
el elevado Olimpo, dijo que a ninguno de los dioses que lucharan a su lado
contra los Titanes les mermaría honores, sino que cada cual conservaría al
menos el rango de antes entre los dioses inmortales”
El equivalente de
esta Diosa en la mitología romana era la diosa Victoria, con quien se consideraba que
Atenea se había criado de pequeña.
Durante
siglos, la figura de esta diosa presidió competiciones atléticas y militares,
una circunstancia por la que, desde los Juegos Olímpicos de Ámsterdam 1928, su
figura aparece en el reverso de las medallas, en ellas la diosa sale portando
una corona de laurel, tambien destacar que corriendo el año 1968 Phil Knight
frafricante de calzado deportivo optó por elegir el nombre de esta diosa para
su firma de calzado que tanta fama ha alcanzado.
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