domingo, 27 de mayo de 2018

NIKÉ, DIOSA DE LA VICTORIA.




Niké, era la diosa del Triunfo y la Victoria para los antiguos Helenos que creían que era la enviada por el Dios supremo  Zeus a la tierra, a premiar con una corona de laurel, olivo, pino o apio fresco a aquellos atletas que se alzaban victoriosos en los Juegos Olímpicos, los Píticos, los Ístmicos y los Nemeos,  esta diosa también premiaba a los eruditos, los filósofos y los pensadores con una rama de olivo, como símbolo de Victoria frente a la incultura y la ignorancia, la diosa Niké también presidia las celebraciones de las victorias militares.

La diosa Niké nos es descrita por la cultura griega arcaica como la hija del titán Palante y de la diosa Estigia, y era esta, la hermana de Cratos (personificación de la Fuerza y del Poder), de Bia (símbolo femenino de la Fuerza y la Violencia) y Zelo (personificación del Fervor y la Dedicación), formando junto a ellos parte del séquito de Zeus en el Olimpo.









Esta diosa de la mitología griega era representada normalmente como una mujer de pequeño tamaño con alas, y sobre la palma de la mano de otro dios más importante normalmente Zeus y Atenea. La leyenda nos cuenta que Niké pasó sus primeros años de vida conviviendo entre los mortales en la tierra, pero al ver los grandes pecados de los hombres como el crimen, el odio, la maldad, etc… se apartó de ellos refugiándose en el Olimpo con el resto de los Dioses.







     

A la  diosa Niké se le han atribuido tradicionalmente dos virtudes: la velocidad y la destreza a la hora de conducir carros, es por ello que también se le considera símbolo de la velocidad, se la consideraba la auriga divina, un rol en la que se la solía representar en el arte griego clásico, la diosa Niké volaba por encima de  los campos de batalla con su carro  recompensando a los vencedores con gloria y fama, simbolizado por una corona de hojas de laurel.

La diosa Niké tiene según la mitología clásica una relación íntima con Atenea, desde que su madre Estigia la llevara a presencia junto a sus hermanos ante el dios Zeus cuando este estaba reuniendo aliados para la Titanomaquia contra las antiguas deidades, Niké asumió la función de auriga divina conduciendo a la batalla contra los Titanes un carro con dos caballos alados, La diosa luchó al lado de Zeus en la famosa batalla y junto con sus hermanos, y los Cíclopes y los Hecatónquiros, ayudaron a Zeus a salir victoriosos sobre sus temibles rivales. Como resultado de esta épica batalla, Zeus se hizo con el control del monte Otris y el Olimpo y se convirtió en el rey de los dioses. 
Como recompensa, Niké, y sus hermanos fueron nombrados guardias centinelas de pie junto al trono de Zeus, pues como nos relata Hesiodo en su obra “Teogonia”, “cuando el fulminador Dios Zeus convocó a todos los inmortales dioses en el elevado Olimpo, dijo que a ninguno de los dioses que lucharan a su lado contra los Titanes les mermaría honores, sino que cada cual conservaría al menos el rango de antes entre los dioses inmortales”





El equivalente de esta Diosa en la mitología romana era la diosa Victoria, con quien se consideraba que Atenea se había criado de pequeña.















Durante siglos, la figura de esta diosa presidió competiciones atléticas y militares, una circunstancia por la que, desde los Juegos Olímpicos de Ámsterdam 1928, su figura aparece en el reverso de las medallas, en ellas la diosa sale portando una corona de laurel, tambien destacar que corriendo el año 1968 Phil Knight frafricante de calzado deportivo optó por elegir el nombre de esta diosa para su firma de calzado que tanta fama ha alcanzado.